El Lilium es una planta herbácea perenne que se caracteriza por sus bulbos escamosos, tallos largos y hojas sésiles. Posee grandes y vistosas flores con forma de copa, trompeta o turbante, que pueden ser muy aromáticas y presentan una amplia variedad de colores. Sus requerimientos de cultivo incluyen exposición al sol o semisombra, sustrato con buen drenaje y riego moderado.
Características principales
- Bulbo: Se desarrolla a partir de un bulbo escamoso que da origen a raíces carnosas que ayudan a la nutrición de la planta.
- Tallo y hojas: Los tallos son largos y están cubiertos por hojas sésiles (que no tienen pecíolo), que pueden ser lineares a elípticas.
- Flores: Son su principal atractivo, grandes, llamativas y decorativas.
- Forma: Pueden tener forma de copa, trompeta o turbante.
- Colores: Existe una gran variedad de colores, incluyendo blanco, rosa, naranja y rojo.
- Aroma: Algunas variedades son muy perfumadas, mientras que otras no.
- Altura: Suelen alcanzar una altura de hasta 1 metro, aunque algunas variedades pueden ser más altas o llegar a los 2 metros dependiendo de las condiciones de cultivo.
Cultivo y cuidado
- Luz: Necesita de 4 a 6 horas de luz solar directa, o semisombra. Es importante protegerla del exceso de sol directo en las horas de más calor.
- Suelo: Requiere un sustrato con buen drenaje. Se recomienda una mezcla que pueda ser rica en materia orgánica, o tierra universal con perlita para mejorar el drenaje.
- Riego: Debe mantenerse el suelo con humedad media, evitando los encharcamientos. Es crucial un riego constante al principio de la primavera para su brotación, seguido de riegos más moderados una o dos veces por semana después de las primeras semanas.
- Fertilización: Se puede usar un fertilizante especial para bulbos o uno universal al principio de la brotación, o si se usa compost, no se requiere fertilizante adicional.